FRANCOTIRADORAS.

La guerra no tiene rostro de mujer.

La autora Svetlana Alexievich, es una escritora y periodista bielorrusa, nos trae historias que estaban sumidas en el olvido son las historias de las mujeres que combatieron en las filas del ejercito Rojo en la segunda guerra mundial según ella: "la guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana" (p. 14).

La autora se da a la tarea de viajar por toda la Unión Soviética para entrevistar a las combatientes que vivieron en primera fila el horror y el peligro de la guerra en su mayoría eran jóvenes de entre 15 y 16 años peleando junto a los hombres que al final de la guerra sumieron en el olvido su valeroso esfuerzo.

Entrevista, desayuna y cena con ellas, con las que sirvieron en la guerra como lavanderas, cocineras, pilotos, artilleras, infinidad de empleos para lo cual sirvieron  estas valientes mujeres. Ellas junto con sus compañeros resistieron el ataque alemán para después hacerlo retroceder hasta Berlín y con ello ganar la guerra .
Al hundirme en las aventuras narradas en este libro podía escuchar sus voces, voces de mujer era como escuchar un sonido que renace, que surge de su sepultura para llevar a nuestros oídos la verdad de aquellas horas, es un libro que recomiendo al máximo ya que la guerra siempre es injusta aplasta al enemigo pero también aplasta a aquellos y aquellas que no representan para los ojos de los vencederos un gran logro político o social aunque hayan servido en las mismas filas, pronto estaremos realizando una síntesis en nuestro canal de youtube: Blackbeard Tactical Gear

---BARBANEGRA--

Aquí les dejo un fragmento del primer capitulo del libro:

 

 

La persona es más que la guerra.

1978-1985

Escribo sobre la guerra...

Yo, la que nunca quiso leer libros sobre guerras a pesar de que en la época de mi infancia y juventud fueran la lectura favorita. De todos mis coetáneos. No es procedente: éramos hijos de la Gran Victoria. Los hijos de los vencedores. ¿Qué cuál es mi primer recuerdo de la guerra? Mi angustia infantil en medio de unas palabras incomprensibles y amenazantes. La guerra siempre estuvo presente: en la escuela, en la casa, en las bodas y en los bautizos, en las fiestas y en los funerales. Incluso en las conversaciones de los niños. Un día mi vecinito me pregunto: ¿Qué hace la gente bajo tierra? ¿Cómo viven allí?. Nosotros también queríamos descifrar el misterio de la guerra.

Entonces por primera vez pensé en la muerte... Y ya nunca más he dejado de pensar en ella, para mí se ha convertido en el mayor misterio de la vida. 

Para nosotros, todo se originaba en aquel mundo terrible y enigmático.

En nuestra familia, el abuelo de Ucrania, el padre de mi madre, murió en el frente y fue enterrado en el suelo húngaro; la abuela de Bielorrusia, la madre de mi padre, murió de tifus en un destacamento de partisanos; de sus hijos, dos marcharon con el ejercito y desaparecieron en los primeros meses de guerra, el tercero fue el único que regreso a casa. Era mi padre. Los alemanes quemaron vivos a once de sus familiares lejanos junto a sus hijos: a unos en su casa, a otros en la iglesia de la aldea. Y así fue en cada familia. Sin excepciones.

Durante mucho tiempo jugar a "alemanes y rusos" fue uno de los juegos favoritos de los niños de las aldeas. Gritaban en alemán: Hände hoch, Zurück!, Hitler kaput!.

No conocíamos el mundo sin guerra, el mundo de la guerra era el único cercano, y la gente de la guerra era la única gente que conocíamos. Hasta ahora no conozco otro mundo, ni a otra gente. ¿Acaso existieron alguna vez?

---Svetlana Alexiévich---

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